Cuando Dios no está donde debería

Cuando Dios no está donde debería
Photo by Tim Gouw / Unsplash

El camino del emprendedor católico es bastante complejo. Constantemente experimentas una lucha interior entre lo que piensas que Dios espera de ti y hacer negocio para que tu proyecto sea auto-sostenible y así poder seguir sirviendo a los demás.

Obviamente Dios está siempre en el lugar correcto y sabe exactamente lo que necesitamos, como hijos suyos que somos. Pero no siempre uno tiene esa sensación. Deseamos tener el control sobre el Señor y nos encantaría poder "moverle" hacia el lado de la batalla en el cual nos encontramos ahora. Realmente si lo piensas, es de lo más insensato pero así somos todos.

Cuando un emprendedor católico se enfrenta a las dificultades de los proyectos, gestión de personas, conseguir los recursos, etc. a veces se nos olvida que Dios camina de nuestro lado y en todo momento nos va observando como lo hace un buen padre con su hijo que está confuso. Dios no quiere que seas perfecto, ni que le demuestres nada. Sencillamente desea que en los momentos de tensión tengas la libertad suficiente como para abandonarte en Él. ¿Es difícil? Ya lo creo. Pero no es imposible.

En mi experiencia en el emprendimiento digital he vivido muchas etapas como empresario. Desde momentos increíbles hasta momentos de frustración y máxima soledad (hablaré de ello más adelante). Pero si he de decir algo, es que existe una diferencia abismal de cuando vives estas experiencias solo a cuando las vives junto al Señor. Dios está siempre guiándote, aunque parezca que todo se tuerce y que de ti se ha olvidado. Confía.

Hasta el jueves que viene.